
En el amanecer frente a la estación de tren, se encontraba Sara Diver, una mujer corriente de unos venticinco años de edad.No tenía a nadie en el mundo,ni familia,ni pareja,ni hijos,sola,sin nadie a quien poder querer ni hablar sin nadie a quien poder pedir ayuda.Lo único que tenía era el tren , su amigo fiel, para ella el tren era su vida, su amigo, era un amigo en el que siempre se podía confiar sin miedo a que le pudiera traicionar. Para ella cada día era un sueño, un mundo por descubrir, ya que con el tren viajaba sin parar sin nada en que pensar solo viajar y viajar.Cada ciudad le mostraba algo más. Lo que ella nunca se paró a pensar es que en el tren cada día pasaban millones de personas,mujeres,niños,hombres solteros,ya podían ser guapos o no tan guapos.Pero al cabo del tiempo, Sara se fijó en un hombre,de unos 26 años de edad,era poco común a los demás, ya que no era como otros hombres que se subían al tren como una vez al mes, este no, este era todos los días y a Sara le extrañó porque ningún otro hombre viajaba todos los días.Pasaron 4 meses y el hombre seguía subiendo al tren cada mañana,ya hiciera frío o calor, tormenta o tempestad.Sara un día tuvo curiosidad y le preguntó su nombre se llamaba Nelson, durante una semana se estuvieron conociendo cada mañana en el tren,a Sara Nelson le resultaba familiar, como si ya le conociera, pero no sabía de que.Una mañana como todas las demás Nelson le dijo que tenía un gran secreto,le reveló que ellos ya se conocían, desde niños eran mejores amigo hasta los 19 años que Sara se tuvo que marchar dejando todo.Sara empezó a recordarlo todo, al instante, Sara le dio un inmenso abrazo.Sara ya había descubierto la razón de porque Nelson se subía cada mañana al tren.Así día tras día compartían todo juntos amistad,secretos....Sara se empezaba a enamorar de un amigo que nunca logro olvidar,al cabo del tiempo decidieron dejar el tren y hacer una vida normal.Vivieron juntos para siempre.