Las cosas pequeñas acompañan a las grandes,
vestidas de capricho, de casualidad.
No aportan seguridad, pero si compañía.
Pasan de mano en mano, se heredan y se disuelven con el tiempo.
Muchas personas pierden las pequeñas alegrías,
esperando la gran felicidad.
Las pequeñas cosas
que llenan una vida
que nos hacen felices
si sabemos sentirlas.
Aquel pañuelo,
que llevamos con tanto cuidado
doblado en el bolsillo,
o un libro ya olvidado,
la canción que recordamos de pronto.
O ese café caliente
que adorna tu mañana
despertando tu mente.
El sol del mediodía
que toca tu ventana
teniendote presente
aunque tu no lo hagas.
Una hoja,
Una flor,
Una mirada del alma,
Un beso,
Una simple caricia,
Una estrella fugaz,
O nuestro reflejo en el agua,
La brisa de la tarde
que te llena de aromas
y en tu piel arremete
regalando palomas.
Una gota de lluvia,
cayendo bajo la penumbra.
Y cuando se atardece
y se acerca la noche
mil estrellas
te espían
junto a la luna sola.
Y la sonrisa de un niño,
son pequeñas cosas
que dan a la vida sentido.

Veras que te acompañan
aunque las creas tontasaunque las veas sencillas,
y pienses que no importan.
Aprende a ser feliz
con las pequeñas cosas
aquellas que tenemos.
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